por Arturo Garcia Rosa - President & CEO, SAHIC

Hay momentos en la historia de un sector que requieren más que una simple adaptación: requieren visión, audacia y la capacidad de actuar de forma coordinada. Precisamente en esta situación se encuentra la industria hotelera de América Latina y el Caribe.

En los últimos años, la región ha experimentado profundas transformaciones. Aprendimos que no basta con esperar a que aumente la demanda para que los resultados mejoren; es necesario construir un entorno propicio para la inversión en hotelería y la innovación en el sector. Esto implica gobiernos comprometidos con la creación de condiciones estables y transparentes, operadores hoteleros atentos a las nuevas necesidades de los viajeros e inversores dispuestos a apoyar proyectos que combinen rentabilidad económica e impacto positivo.

El sector está experimentando una efervescencia creativa. Los nuevos conceptos de hotelería, los modelos de uso mixto, las branded residences, la integración con la economía local y la incorporación cada vez más consistente de criterios ESG ya no son excepciones: son expectativas del mercado. Lo que antes era una tendencia, ahora es un requisito para ser competitivos y relevantes.

Este cambio de mentalidad es el verdadero motor del nuevo ciclo que estamos viviendo. Cuando gobiernos, cadenas hoteleras, propietarios e inversionistas tienen un propósito y una estrategia, se crean las condiciones para transformar destinos, optimizar ganancias y generar valor compartido.

En este contexto, en marzo de 2026, SAHIC celebrará su 20.ª edición, regresando a Río de Janeiro. No será solo una celebración. Será un espacio estratégico para debatir el futuro con precisión y valentía, identificar oportunidades concretas y fomentar conexiones capaces de transformar el panorama de la hospitalidad en la región.

América Latina y el Caribe tienen oportunidad de ocupar una posición más relevante en el panorama hotelero global. Solo necesitamos seguir pensando en grande y actuar juntos para convertir el potencial en realidad.

¡Nos vemos en Río de Janeiro!